domingo, 7 de febrero de 2010

De puerta cerrada

Otro día de trabajo, 7:30 am, mi perro aun duerme en una posicion que no puede ser comoda sobre el cojín de su cesto, tarda bastante en darse cuenta de que me he levantado, no le culpo, los sábados no están echos para madrugar, no al menos cuando madrugas sin cobrar a cambio, silencioso como un fantasma me enfundo en mi ropa de los domingos, tras la buzoneada de CV que me espera tengo una comida familiar, y tengo que llevar mi mejor cara, la mejor que sea posible.
Salgo a la calle y el frío me cala hasta los huesos, la bufanda es prácticamente nula cuando el sol aun no a salido para dar calor a las cosas, cojo el autobús dirección a Móstoles, hoy tendré suerte. Mi plan es sencillo y genial, buzoneo y entrega masiva de CV, voy armado con 120 copias, alguien tiene que leerlas.
A las 8 estoy en mi destino, mi novia espera ya en la esquina, lista para sacar el coche e ir a comernos el mundo, necesito trabajar. La cosa empieza bien, los polígonos industriales de esta ciudad son abundantes y bien organizados, buzonear debería ser una tarea sencilla, siempre lo fue, las perspectivas son buenas.
No tardo en darme cuenta de mi error, pasear por un polígono industrial no a sido nunca cosa que alegre el alma, pero actualmente es casi como pasear por el desierto, el óxido se acumula en las puertas de las naves, y la porquería y los excrementos de varios animales urbanos acompañan la desoladora escena. Reina el silencio, solo roto de manera esporádica por el sonido de la radio de mi coche, o el del paso de un coche o una bici. Las pocas empresas abiertas no contratan a nadie, y rechazan tu CV todos con la misma frase, "Ahórratelo chaval, úsalo donde tengas posibilidades, buena suerte" Cortados todos por el mismo patrón la crisis se extiende como una peste y la siuación no mejora.
Decido no desfallecer ni desanimarme, y acabo con mis 120 CV tras pasar por 4 polígonos distintos, me vendo como una prostituta al mejor postor y no rechazo ningún trabajo por alejado que sea de mis habilidades reales, y prácticamente recito una plegaria cada vez que llego a la puerta de una imprenta o a un estudio de publicidad.
¿Quien sera quien crea que puedo ser util? ¿quien que merezco una oportunidad? aun queda mucho por hacer y muchos sitios que visitar y madrugones en balde. ahora estoy en frente de mi viejo athlon y prefiero pensar en cosas mas alegres. Cueste lo que cueste.

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