domingo, 21 de agosto de 2011

Mudanza

Me he mudado a un nuevo dominio www.entiza.jimdo.com donde continuaré publicando todo aquello que escriba. os espero allí¡¡¡

miércoles, 10 de agosto de 2011

Cap 4. Valle de lágrimas

Cap 4. VALLE DE LAGRIMAS



22 de diciembre, Schwabach (Alemania), 08:14 horas.


Se hacia llamar Sérpico.


Los Soldados de élite no tienen hogar, no tienen familia ni mujer... ni pasado. Ni tan siquiera “Sérpico” era su nombre real, cuando entro en los paracaidistas su compañero de litera le comenzó le puso este mote debido a su seriedad y sentido del deber, sin duda lo hizo para mofarse pero para el su profesión lo era todo. Se preparó a conciencia y logro ser miembro de pleno derecho de la división de operaciones especiales. Aparte que le compararan con un policía como Frank Sérpico no le disgustaba del todo.


Cuando comenzaron las carnicerías en las calles de Manchester habían pasado ocho días de la muerte del paciente cero en su casa de las afueras de Nürnberg. Aun así Sérpico llevaba ya dos días en la base militar a las afueras de la ciudad, una base que prácticamente era el único lugar seguro en cincuenta kilómetros a la redonda.


Desde esta base partían las compañías de combate que reforzaban los sectores residenciales de la ciudad tratando desesperadamente de proporcionar protección a los civiles indefensos al ataque de los que eran sus vecinos y familiares.

Sólo cuatro días más tarde caerían los últimos reductos de supervivientes organizados que se habían atrincherado en unos grandes almacenes al norte de la ciudad, y se perdía todo contacto con los soldados destacados en la zona.


Se trató de formar un frente que contuviera a los podridos en las ruinas de Manchester pero pronto la única manera de salir de la base era a través de helicópteros o en caravanas blindadas de transporte de tropas, aunque estos últimos llegaron a correr serio peligro de quedarse atascados en las carreteras y campos que en estas fechas se habían convertido en un barrizal.


Los podridos llegaban en pequeños grupos al principio, pero pasados los días las municiones comenzaban a escasear y se hacia urgente una evacuación de emergencia que Sérpico no llegó a ver.


La mañana del día veinte de diciembre partió en helicóptero hacia un pequeño puerto de una pequeña aldea costera cercana, allí le estaba esperando un barco pesquero requisado para la marina de su majestad. Ese barco le llevaría mas tarde a una pequeña base aérea improvisada en un llano cercano a Dover, en el sur del país.


Al día siguiente partieron en un vetusto Douglas Dakota C47,aquel viejo avión era una pieza de museo que participo en la invasión aliada a Normandía durante la segunda guerra mundial. Consumía combustible mas allá de lo que podía ser considerado aceptable pero durante los primeros días de infección en Londres se perdió todo contacto con cualquier aeródromo militar cercano. Sin embargo el museo militar de la RAF quedaba relativamente cerca y su prácticamente nulo nivel de visitantes en sus mejores días hacia factible el transporte de cualquier cosa que pudiera resultar útil a la resistencia humana.


Los detalles de su misión les fueron entregados a los pocos minutos del despegue , mientras sobrevolaban el canal de la mancha, previamente se les obligo a llevar un petate pesado en el cual deberían cargar el doble de la munición habitual que se cargaría en una misión normal, así como de raciones de campo y material de primeros auxilios.


La misión estaba muy clara, y solo tubo que leer una vez aquella hoja de papel, saltarían en los campos al sur de la localidad alemana de Schwabach a siete kilómetros al sur de Nürnberg. Rodearían esta por sus afueras y se infiltrarían directamente en el barrio residencial en las inmediaciones del Hospital Militar que hizo explosión a finales del mes pasado.


En una de esas casas se encontraba un despacho con documentación acerca de las investigaciones que se estaban llevando a cabo relativas al virus que había asolado Alemania y los Países Bajos, y que comenzaba a descontrolarse en el resto del mundo.


Fue en ese folio donde leyó por primera vez el nombre con el cual habían bautizado al monstruo, Judas, muy apropiado en su opinión, muy al gusto de esos beatos del sur de el castillo de York.


Sus compañeros de misión formaban un grupo de lo mas variopinto, aunque no conocía bien a ninguno de ellos tubo ocasión de conocerles durante una “cena de hermanamiento” tan inglesa como innecesaria.


Chaplin era el líder, era un teniente que provenía de la policía militar inglesa, parecía sumamente meticuloso en su concentración, pero su expresión era sombría, según pudo averiguar Sérpico, perdió a su mujer y a su hija en un ataque de los podridos hacia diez días.


Poco o nada sabía de los otros integrantes de su escuadra salvo sus nombres en clave y roles, Marcus era un sargento especializado en comunicaciones, el sera nuestro nexo de unión con el mando.


De Flecha solo sabía que era un soldado raso del ejercito alemán que debió encontrarse fuera de su país cuando se desencadeno el infierno, sería el interprete en caso de encontrarse con la necesidad de leer alguna indicación o de hallar supervivientes.


Remié era el médico del escuadrón, era capaz de operar a vida o muerte en un vertedero y su fama era conocida entre sus mandos de la división de élite.


Por ultimo Tanque, era junto con el propio Sérpico el brazo de combate del equipo, su misión sería mantener con vida a sus compañeros y mandar de vuelta al infierno a todos aquellos podridos que osaran medirse a ellos.


El C47 llegó a su destino a las 4 horas de partir de Dover casi sin combustible, el piloto tenia ordenes de estrellar el aparato lo mas cerca de la cuidad posible para atraer a ese punto a la mayor cantidad de infectados posible.


La vieja luz verde que dio el pistoletazo de salida a la invasión en el Día D se encendió una vez mas y por última vez a las cinco horas y treinta y dos minutos de la mañana del día veintidós de diciembre, la noche era cerrada y nevaba, un viento gélido invadió el avión cuando Chaplin abrió la escotilla de salto, la tierra apenas iluminada por aquellos edificios en los cuales existía un generador de emergencia parecía un gigantesco monstruo hambriento a punto de engullirles, sin lugar a dudas todo aquello era la tierra de los muertos.


Tras el salto aterrizaron sin problemas en un campo de cultivo apenas a un kilómetro de el área de salto prevista, revisaron su equipo y prepararon su armamento, comenzando por insertar el silenciador de los rifles de asalto y ajustar las correas del petate y los cinturones, Chaplin se aseguro de que todos estaban preparados y encendió el gps que portaba a modo de brazalete


-De momento todo va según lo previsto- desplegó un mapa en el cual estaban representados las afueras de Nürnberg y Schwabach – Estamos aquí, nos guiaremos por esta carretera secundaria evitando entrar en cualquier núcleo poblado, abandonaremos la carretera aquí- señaló un punto de la carretera muy cercano al objetivo- desde aquí serán quinientos metros al descubierto hasta las ruinas del hospital. ¿alguna duda?-


- ¿Que pasa si encontramos vivos?- Preguntó flecha mientras miraba a la carretera -Son mi gente-


-No podemos cargar paquetes inútiles, los civiles tendrán que valerse por si mismos-


Flecha no contesto, su cara reflejaba lo que opinaba de comparar a su pueblo con paquetes inútiles.


-Los podridos lo tendrán muy fácil para emboscarnos si seguimos la carretera,-Sérpico no ocultó cierto desdén por el plan del teniente.-creo que no podemos arriesgarnos a caer en una de ellas, solo somos cinco.-


- Cada día que pasa quedamos menos hombres para combatirles, si conseguir esos documentos nos ayudará a desarrollar una vacuna o una manera de acabar con esos caníbales pondré mi vida en juego gustoso.-


El tono de la voz de Chaplin no dejaba lugar a dudas, estaba decidido, Sérpico no discutió más.


Sin mas ceremonias ni preparativos comenzaron a aproximarse al objetivo aprovechando la bruma matutina que en diciembre era espesa y abundante, los primeros edificios de Schwabach despuntaban al alba matutina pero no había rastro de no muertos por ninguna de las amplias calles que se observaban desde la loma en la que se encontraban, Chaplin no quería pasar por la ciudad asique prefirió usar las carreteras secundarias que la rodeaban para evitar en la medida de lo posible los contactos con los infectados, aunque se hizo inevitable encontrar al primero de ellos vagando entre los restos de un accidente de tráfico que debió ser escalofriante.


Al menos treinta coches se apilaban en una montaña de hierro que bloqueaba la pequeña carretera que bordeaba Schwabach por su zona oriental, justo en un puente sobre un pequeño despeñadero, con precaución se aproximaron al accidenten busca de una manera de cruzarlo sin abandonar la carretera y rodear el acantilado en busca de otro paso.


Marcus pensó que podrían pasar a través de una zona en la que dos coches habían quedado uno encima de otro y trabajosamente logro ascender la pila de hierro que formaban, asomo la cabeza a lo que esperaba al otro lado del accidente y pudo ver una figura menuda que de espaldas a el caminaba torpemente sin rumbo fijo.


No era mas que un niño..


No debía tener mas de once años en el momento de su muerte, no se apreciaban heridas graves en su pequeño cuerpo ni manchas de sangre en su mugriento traje y corbata infantil, cuando el pequeño dio media vuelta pudo ver su mirada perdida en algún punto fijo y sus pupilas de color gris claro en las cuales se adivinaba una sequedad cada vez mas evidente.


- Veo uno de ellos, es tan solo un crío – Marcus se acomodo en la posición en la que se encontraba – Está a tiro, espero ordenes -


-Acaba con el, no podemos permitirnos cruzar este maldito despeñadero por otro lugar que este puente o nos haríamos viejos en este puto cementerio. Una bala un muerto Marcus-


-”Cómo se mata a un muerto” Pensó mientras afinaba su puntería


El sonido del disparo casi era un suspiro, y lo provocaba mas bien el vuelo del proyectil que el estallido de la detonación, la bala entro por la sien del pequeño caníbal y salió por el otro lado para acabar perdiéndose en la distancia. El cuerpo del no muerto callo a plomo al duro asfalto y comenzó a supurar un asqueroso liquido viscoso de su nuevo agujero.


El resto del escuadrón ascendió por el montón de metales retorcidos y se desplegó en 3 grupos que avanzarían de manera conjunta por los carriles de la carretera para así minimizar los riesgos de un ataque sorpresa, pero estas no llegaron, el primer país que sucumbió a Judas apenas tenia heraldos que evitaran que cinco vivos violaran sus secretos.


Pronto el C47 siniestrado dejaría de llamar su atención y tendrían problemas


Pronto conocerían lo que les esperaba en este particular Valle de Lagrimas.

lunes, 8 de agosto de 2011

cap 3 "Navidad en el cementerio"

Cap 3 Navidad en el cementerio



24 de diciembre, Móstoles (Madrid) 20:56 horas


Hoy es nochebuena.


Recuerdo que tenia planes para este día, iba a salir con ella... con mi novia claro, se llama Rosa y llevamos 5 años juntos. Esta en su casa al otro lado de la ciudad, aunque eso no importa, tal y como están las calles es lo mismo que si estuviera al otro lado del mundo, aun así, quiero imaginar que al igual que yo sigue viva y no se a convertido en una de esas cosas.


En la soledad de mi casa puedo ver gran parte de la zona nueva de viviendas, y parte del casco urbano de la ciudad. Durante casi dos semanas los fuegos consumían los edificios de viviendas como si fueran de papel. En los primeros días alguno retenes de valientes bomberos luchaban contra esta amenaza, quizás con la esperanza de que todo pasaría pronto, de que esas cosas no eran mas que un mal sueño, algo de lo que puedes despertar y comentar a tus amigos la próxima vez que salga a colación el tema de las pesadillas, pero sus esfuerzos no valían de nada, solo paraban unas horas lo inevitable, poco a poco estos retenes iban sufriendo bajas y mermaba su capacidad operativa, cuando se hizo evidente que la ciudad estaba condenada a arder en los fuegos del infierno supongo que prefirieron ir a reventar con sus familias, o al menos es lo que yo habría echo si tuviera su valentía.


La primera vez que vi por televisión lo que estaba ocurriendo estaba en el salón, viendo las noticias de la primera a caballo entre un tomo de “el arte de la guerra” y el puro aburrimiento.


- Algunos miembros de los servicios de emergencias que trabajaron en la retirada de escombros y búsqueda de victimas están sufriendo extraños ataques de fiebres intensas seguidos de ulceras en la piel y sudoración de sangre y otros fluidos, al parecer un grupo de rescate en situaciones de desastre fue el primero en enfermar tras socorrer a uno de sus integrantes que al parecer se había vuelto loco y trataba de escupir, arañar e incluso morder a sus compañeros de equipo-


Emitieron este noticiario cuatro días después de la explosión, no hace falta ser medico para saber que un virus tan mortal es un asesino mucho mas eficaz si puede contagiar sin ser detectados síntomas en su huésped hasta pasadas 72 horas de la exposición. Hoy en día con nuestros aviones y trenes de alta velocidad, uno de esos pobres imbéciles que calmaron al paciente cero podría haber estado soltando virus por medio mundo sin que supiéramos nada, a su vez contagiaría a otros en una reacción en cadena que acabaría con la vida tal y como la conocemos. Para el día Z + 15 era una terrorífica realidad.


Las ciudades grandes fueron las primeras en caer. Su elevada población constituyó un vergel para el virus, y un festín para los primeros infectados que acechaban por las calles. Nadie estaba a salvo y la pregunta mas extendida en los refugios era tan sencilla como terrible, ¿te han mordido?.

Tan solo cuatro días antes de aquello vi por fin a una de esas cosas, era una mujer que avanzaba renqueante entre ambos carriles de la calle en frente de mi edificio, parecía ajena a todo aquella que le rodeaba y entre los pliegues de su mugrienta camiseta de pijama se adivinaban unas curvas que me hacían imaginar que debió de hacer sido una autentica belleza, busque mis prismáticos en los cajones del mueble de la televisión para verla mejor, me asomé con precaución a la ventana de mi quinto piso y fije los prismáticos en su rostro, su mirada estaba perdida en el horizonte y sus labios estaban ligeramente contraídos en una expresión terrible, su muerte debió ser realmente agónica, tenía unas ulceras realmente asquerosas que le surcaban la cara y uno de sus brazos estaba parcialmente devorado por las manchas que decoraban su pijama otras partes de su anatomía también parece que resultaron dañadas por la sudoración sanguínea. Con paso torpe cruzo delante de mi ventana ignorante de que le vigilaba desde las alturas y se perdió en la perpendicular de la calle próxima.


En ese estado crees que esas cosas son poco menos que inofensivas, torpes y podridos sacos de carne rancia que necesitarían ayuda para recordar cómo moverse sin caer de bruces al suelo, en definitiva, patéticas criaturas que casi merecen compasión. Sin embargo muchos murieron preguntándose que había fallado mientras un desconocido metía sus asquerosas manos negras en su abdomen y consumía su vida.


Esos torpes bastardos se activan cuando huelen presas vivas, un cortocircuito activa sus mecanismos de caza y se vuelven inteligentes y despiadados, y lo que es peor, en ese estado casi son igualmente veloces y ágiles que tu, comienzan a gritar de manera estridente y alertan a sus amigos de que hay comida en las inmediaciones... y cazan en grupo.


Hace sólo dos días vi a dos podridos empujando con insistencia una gran furgoneta de una empresa de pinturas formando una barricada a la salida de la calle, Observe con una mezcla de fascinación y pánico como acto seguido se escondían en dos coches que se encontraban aparcados a unos diez metros de la furgoneta, tan solo dos minutos más tarde apareció un Seat León que se aproximaba a toda velocidad desde el inicio de la calle, solo dios sabe lo que les hizo seguirla sin dar marcha atrás, pero no es difícil de imaginar que les estaban pisando los talones. El coche paró frente a la furgoneta y dos hombres bajaron del coche para tratar desesperadamente de apartar la furgoneta de la carretera.


Lo que ocurrió a continuación no me resulta fácil de contar, podría haberles gritado, podría haberles avisado de que debían volver por donde habían llegado y no mirar atrás, pero estaba solo, demasiado asustado para exponerme a ser detectado por esos caníbales y convertirme yo en víctima.


Los dos hombres empujaban con insistencia, pero apenas lograban mover la monstruosa furgoneta unos pocos centímetros por cada empellón. Aquellos asquerosos podridos lograron colocar la barricada muchísimo más rápido, debían de tener una fuerza mucho mayor que la media de un hombre normal. Muy despacio fueron saliendo de los coches en los que se escondieron tras preparar la barricada, y se aproximaron despacio al seat león. Aquellos infelices estaban tan concentrados apartando la furgoneta que solo les dio tiempo a girar su cabeza cuando se abalanzaron sobre ellos.


Algo extraño ocurrió entonces, los caníbales por supuesto hirieron a aquellos hombres y chillaron horriblemente en señal a sus congéneres de que la caza se había consumado, pero no los mataron inmediatamente como deberían, a través de los prismáticos pude ver la expresión sádica de sus rostros cubiertos de sangre fresca mientras arrastraban a aquellos pobres infelices y los tendían de espaldas en el capo del seat león, entonces me percaté de lo que ocurría.


Había mas gente en el coche.


Uno de esos bastardos se subió al capó en el que estaban tendidos aquellos hombres que aun respiraban y apoyo una rodilla en la espalda de el hombre que parecía mas mayor, con un fuerte tirón de pelo levanto la cabeza del malherido desdichado y le obligo a mirar en el interior del auto, su compañero de desdicha tendido a su lado comenzó a gritar de una manera que logro arrancar una sensación de pánico en mi pecho.. llamaba a su padre.


Los seres humanos que viajaban en aquel coche eran una familia de cinco miembros, un padre, una madre, y tres hijos de edades comprendidas entre los 14 años del mayor de los niños y los 3 años del mas pequeño de la familia, aun se me encoje el corazón cuando pienso en lo que debieron sufrir en aquellos instantes cuando el sádico que apoyaba su rodilla y levantaba la cabeza del padre de familia comenzó a retorcerla poco a poco con una sonrisa en la boca mientras su hijo a su lado llamaba a su padre y este emitía unos ahogados gorjeos que cesaron casi 3 minutos después, cuando las astilladas vertebras cortaron la carne del cuello desde el interior y separaron la cabeza del resto del cuerpo.


Aparte la vista y me acurruqué en el interior del salón mientras escuchaba como llegaban mas de esas cosas, abrían las puertas del coche y acababan con toda vida humana de su interior, los gritos se apagan pronto, pero se que aquellas personas fueron conscientes de que las estaban devorando mucho tiempo antes de que cesaran aquellos terribles sonidos.


Debo aclarar que estos seres no parecen hablar. Su comunicación parece mas bien sensorial y organizan sus tácticas alrededor de una presencia que yo llamo mentalidad de enjambre, prefiero no pensar en que alguno de esos seres sea inteligente como para idear algo mas complejo que una barricada o una emboscada sencilla, pero es una posibilidad muy real. En algunos sitios web que aun funcionaban podía leer casos de gente que había visto a un grupo de infectados dejando comer primero a otro a pesar de no ser quien mato a su presa.


Internet. Esto me lleva al día de hoy en el que de manera milagrosa la red de redes aun funciona. Junto con otros servicios de primera necesidad como el agua y la electricidad, supongo que los teléfonos móviles también estarán operativos pero el día que me encerré en casa dejé el mío en el aparcamiento. Soy consciente de que esto no será algo eterno y de que tarde o temprano me quedaré a oscuras, incomunicado y muerto de sed.


Como poco y solo dos veces al día, administro las pocas viandas que me quedan de manera estricta, ayudado de una báscula de pie que compramos para ver nuestros avances en nuestra dieta milagrosa. Trescientos gramos de comida al día ni mas ni menos, verdaderamente estoy pasando hambre, pero me aterroriza salir mas allá de mi portal tal y como están las cosas.


Mi vecino del primero parece ser que era un chico muy precavido y cuando las cosas empezaron a torcerse acumulo comida y agua embotellada en cantidades industriales pero se olvido del detalle de que no fuera perecedera, maldito gilipollas. Desapareció a la vez que comenzaron a llegar infectados al vecindario, mal rayo le parta.

Se que tengo que salir a buscar comida pero me aterroriza pensar en lo que podre encontrarme incluso tan cerca como en los otros portales de mi urbanización, la soledad y el silencio comienzan a hacer mella en mi estado mental, y por las noches comienzo a ver sombras que se pasean por mi habitación.


Estoy preocupado por Rosa, tengo que ir a buscarla pero de momento tendrá que esperar, en mi estado actual apenas podre girar la esquina antes de servir de aperitivo a esos asesinos.


Mañana es navidad, y me temo que tendré que salir de compras.


viernes, 5 de agosto de 2011

"El Dìa Z" Cap 2. EN ANTECEDENTES.

Cap 2. EN ANTECEDENTES.
4 años antes, 15 de Octubre, en alguna parte de Afganistán. 10:04 horas.


Adler nunca lo supo por supuesto, pero aquello que se guardaba en las placas de cultivo había salido directamente de una pequeña cueva en los desierto de Afganistán. Durante una misión de reconocimiento un avión espía norteamericano había fotografiado una cueva de la cual salían de manera muy visible huellas de neumático. Aquello por supuesto no era algo normal los Talibanes eran sumamente cuidadosos ocultando su rastro, era básicamente lo único que les podía mantener con vida el tiempo suficiente para luchar contra el gobierno que les había impuesto el imperio Yanqui.


La misión de reconocimiento no se hizo esperar y se llevo a cabo apenas una semana después. Esta fue precedida de 5 días de estrecha vigilancia por parte de dos unidades de élite especializadas en vigilancia próxima. Cuando el primero de los soldados Americanos descendió del Blackhawk y toco suelo pudo comprobar que la boca de la cueva yacía silenciosa y oscura, algo que no hacia presagiar nada bueno para ellos.


Penetraron en la cueva una escuadra de seis soldados, y avanzaron en la oscuridad de la cueva ayudados por los dispositivos de visión nocturna acoplados en sus cascos.


No había nadie en casa...

El grupo llego a una sección de a cueva cuyas paredes habían sido tratadas en hormigón, en el centro de la pared que habían levantado los antiguos habitantes de la cueva se alzaba una pesada puerta metálica que tenia aspecto de cerrar de manera hermética, aislando de esta manera el interior de la cueva y evitando cualquier contacto con el exterior.


Descorrieron el cierre en válvula, no sin esfuerzo y finalmente la pesada puerta de acero templado quedo libre de la presión del mecanismo de cierre, se escucho en toda la sala un sonido parecido al que se obtiene al abrir una botella de refresco, pero mucho mas amplificado y todo se cubrió de un fuerte olor a quemado. Esta instalación no era nada barata.


Con la disciplina de la que hacen gala los soldados de élite norteamericanos penetraron en el interior de la habitación que se escondía tras la puerta y comenzaron a ver que las paredes alicatadas en azulejo blanco comenzaban a oscurecerse a causa del hollín, síntoma claro de que unas potentes llamas habían barrido la habitación al completo.


Rápidamente comenzaron a desplegarse para cubrir las cuatro esquinas de la habitación que se abría ante ellos, el olor era muy fuerte y entre el penetrante olor a quemado comenzaban a asomar otros olores de origen químico que les obligo a ponerse las mascarillas protectoras.


No había signo de vida dentro de la habitación tampoco. Uno de los soldados encendió una bengala y la lanzo en el centro de la habitación, bañando toda la estancia con una potente luz rojiza que logro arrojar luz a el caos que había por toda la estancia, todo el mobiliario de trabajo estaba volcado, roto o quemado, por todo el suelo había finos cristales que debieron pertenecer en su día a equipamiento de laboratorio, las paredes estaban alicatadas hasta el techo con azulejo blanco, similar al que habían visto al cruzar la puerta metálica por primera vez, pero a pesar del terrible incendio que debió acontecer allí, las huellas que dejo el fuego respetaban toda la pared opuesta a la puerta de entrada, como su el fuego se hubiera provocado para evitar que se saliera de la habitación, cubriendo toda la puerta. En una esquina el blanco azulejo estaba salpicado de un liquido negro que despedía un olor dulzón a medida que se acercaban. Se trataba de sangre mezclada quizás con algún que otro resto biológico que a la luz de la bengala tomaba colores verdosos y amarillentos.


-Sargento- La voz potente de uno de los soldados resonó en el lugar a pesar de que no la pronuncio en voz alta.


-informe soldado- respondió el.


-Tenemos dos cadáveres aquí.- El líder del grupo se acerco a donde se encontraba el hallazgo, no muy lejos de donde se encontraba la mancha negra en el inmaculado blanco pulido de la pared.


Se trataba de dos hombres, parecían fundidos en un abrazo de ceniza sangre y fuego, se encontraban casi como si se hubieran escondido detrás de uno de los bancos de trabajo que hubieran aproximado a la pared.


-Hay algo raro en el que esta encima señor, parece estar sujetando algo que sobresale por debajo de ambos.- -vosotros dos, ajustaos las mascarillas y levantad al que esta encima.-


Los dos soldados obedecieron , apartaron el mostrador y mientras uno cogía los pies el otro trataba de introducir las manos entre los dos cadáveres para así asir de las axilas al que se encontraba encima.


Ellos ya imaginaban que seria una tarea difícil despegar a dos cadáveres que se hubieran parcialmente carbonizado en un incendio pero sorprendentemente consiguieron separarles con facilidad. La luz de la bengala era muy tenue cuando lograron levantar al cadáver y depositarlo en el suelo junto a su compañero de abrazo, asique un soldado comenzó a alumbrar la operación con una linterna de mano.


-Sargento, de estos dos hombres el único que resulto quemado fue el que estaba encima. El otro hombre ya estaba muerto cuando el primero cayó sobre el.-


- eso es imposible. Nadie con unas quemaduras así podría moverse, aparte como sabe que el que estaba abajo ya estaba muerto cuando llego el primero.-


- señor, no hay salpicaduras de sangre en ninguna parte mas allá de aquella esquina de allí, este hombre tubo mucha suerte.-


Un segundo miembro del grupo intercedió en la conversación sarcásticamente -si, ya lo veo, mucha suerte sin duda, ¿por que crees que tubo suerte si esta tan muerto como el otro


El primero, con una mirada sombría y visiblemente preocupado respondió señalando al cadáver que yacía de espaldas en el suelo – tubo suerte porque ya estaba muerto cuando comenzó a comerle, lo que el quemado sujeta en sus manos son parte de los intestinos de nuestro amigo.-


Había llegado la hora de irse.

Gracias

Los comentarios de los lectores que han leido mi relato "El Día Z" me animan a continuar escribiendo.
Muchisimas gracias a todos. y disfrutad

jueves, 4 de agosto de 2011

El Día Z Cap 1 "El Día Z"

Cap 1. EL DIA Z.


Nürnberg, Alemania, Hospital militar 21:33 horas. 29 de noviembre

Adler llevaba trabajando en aquel lugar demasiado tiempo. Al menos en el concepto de tiempo que tiene un ayudante de laboratorio que pasa 12 horas de guardia nocturna vigilando unos cultivos de vete a saber que enfermedad tropical.

Este proyecto llevaba en ejecución casi cuatro años, era mas del doble que cualquier otro en el que hubiera trabajado. No tenia acceso a las cuentas, pero sabia de buena tinta que el coste del mismo era casi astronómico, solo su salario de simple ayudante de control era casi un 50 por ciento mas alto que cualquier otro trabajo al que pudiera acceder en su campo. Incluía una clausula de confidencialidad draconiana en la cual se le prohibía difundir los detalles de su trabajo a cualquier persona, organización o gobierno bajo penas de cárcel y fuertes multas, por momentos llegaba a creer que no era un contrato que estuviera dentro de el marco de la legalidad.

Su trabajo era sencillo, tenia que supervisar la temperatura y ph de las tres placas de cultivo que descansaban en 3 mostradores aislados bajo una mampara hermética de cristal. Normalmente todo se reducía a aburridas noches de televisión y juegos de consola. Si le vieran sus padres... ellos que son tan adictos al trabajo.

Llego al laboratorio del hospital a las 20 horas, resignado pero con el animo de aquel que sabe que cobra demasiado por el trabajo que desempeña.

Se cambio de ropa, dejo en su taquilla su ropa de calle y se puso un cómodo traje verde, de aquellos que casi parecen pijamas y una mascarilla de tela. Sus ordenes eran estrictas. Siempre que caminara fuera de la zona de descanso debía llevar esa incomoda mascarilla para evitar que sus fluidos contaminaran la muestra, cosa harto improbable ya que dichas muestras descansaban, como ya he dicho, en un robusto mamparo hermético con cristales de 2 centímetros y medio de grosor.

Aquellos cultivos debían ser altamente contagiosos para rodearles semejantes medidas de seguridad, nada que pudiera evitar una absurda mascarilla de tela.

Cruzó el área del laboratorio y se metió en el área de descanso, un cuarto aislado de la sala de cultivos por un grueso cristal y una sala de desinfección la cual era la única manera de acceder a ella. Entro en la sala de descanso, en ella había, aparte de los ordenadores de control y los indicadores de estado, una cómoda silla de oficina, un pequeño refrigerador y una nevera donde podía dejar su comida.

Llevaba ya una hora y media trabajando cuando comenzó a escuchar ruidos extraños, sonaban tableteo de mas allá de la sala de laboratorios, como el insistente golpeteo de un pájaro carpintero en un tronco, pero a un volumen muchísimo mayor, siguiendo el procedimiento llamo a el mostrador de información del hospital en busca de alguna explicación, contestó una voz femenina que le informó de un incendio en la zona de cocinas que estaba aun sin control, los bomberos aun no habían llegado.

Esto no le convencía en absoluto, aunque el edificio era muy antiguo disponía de un sistema anti-incendios que tenía menos de dos años, precisamente en las cocinas había un surtidor cada dos metros, muchas veces en las horas muertas se recostaba sobre su silla y pensaba en lo increíble que parecía que este edificio hubiera sido construido por los nazis en un tributo a su Fürer, ya que las sucesivas reformas hicieron de el hospital modelo de Alemania que ademas mantenía en secreto un laboratorio de control y desarrollo de armas bacteriológicas y guerra química.

Llamo al puesto de seguridad, inmediatamente a la entrada del laboratorio, pero no recibió respuesta, el guarda de seguridad que estaba al cargo era un completo idiota que ni se imaginaba lo que estaba guardando, pero se tomaba su trabajo tan en serio que era el único de los que habían pasado por aquel puesto que no pasaba las horas muertas de su turno durmiendo como un bebé, el que ese absoluto gilipollas no respondiera a una llamada a través de un teléfono interno quería decir que algo marchaba cuanto menos mal.

Lo que paso por su cabeza mientras aquellos sonidos se acercaban a su posición se convirtió en una mezcla de miedo y deber. ¿Que debía hacer? Aquellos cultivos eran de una importancia capital, se habían gastado millones en su estudio desde que estaban en ese lugar, el procedimiento en caso de contaminación externa era claro, como con cualquier otro agente infeccioso en estudio tendría que ser destruido mediante la utilización de fuego. Para ello unos tubos cruzaban la cubierta superior de las mamparas, con apretar un botón dos veces todo seria historia, incluido su trabajo.

Su trabajo.... no podía perderlo ahora, pero por otra parte aun no sabia si esos sonidos serían un incendio fuera de control o tan solo unas tuberías viejas reventándose por mil sitios diferentes, mirándolo desde la lejanía en los años, Tomó una mala decisión, se puso su mascarilla y salio al laboratorio con paso decidido, tomo de una de los mostradores una de esas jeringuillas automáticas que se usaban en la experimentación con ratas de laboratorio y se acerco a la mampara numero tres, a través de la esclusa de aislamiento introdujo la jeringuilla en el espacio estanco de la misma y después la recogió del interior de la mampara mediante los guantes de manipulación de los que disponía, sus jefes estarían encantados con que salvara una muestra en caso de emergencia, y en caso de que no pasara nada siempre podría justificar su acción como necesaria para la seguridad del proyecto.

Los tableteos que escuchaba ya con una claridad absoluta se le antojaron en exceso evidentes, se trataba de disparos, y por la insistencia de estos debía ser una masacre, si se fiaba de sus oídos estos se aproximaban desde la misma puerta por la que apenas dos horas antes había entrado al laboratorio.

Tenia que salir de ahí cuanto antes, o no viviría para ver el sol de nuevo.

Todos los centros de investigación de este tipo estaban preparados para casi cualquier tipo de problema que se pudiera presentar, incluidos ataques terroristas o militares, lamentablemente el arsenal de armas de defensa que debía protegerles no estaba a su alcance, y no tenia tiempo de colocar una de esas pesadas barras que servían para blindar las puertas del laboratorio. No, tendría que seguir el protocolo de emergencia en caso de fuego.

Había una segunda entrada a la sala en la que se encontraba. El nunca la había usado pero sabía que era una salida de emergencia que solo se abriría en caso de pulsar la alarma de incendios que tenia tras de el, el único problema era que cuando la pulsara toda la sala se iluminaría en un color rojizo de las luces de emergencia y que aquellos que querían entrar sabrían que alguien estaba tratando de escapar.

Aun así no todo eran problemas, al pulsar el botón también quedarían avisadas las autoridades de seguridad militar de la base y el mando central de Berlín, eso pondría sobre alerta a toda la plana mayor del ejercito alemán que daría caza con eficiencia alemana a todo terrorista que andara por los alrededores.

No había tiempo para mas. Tenia que actuar y decidido pulso la alarma, desbloqueo la puerta y esta comenzó a abrirse pesadamente hacia el exterior, detrás de ella solo podía adivinar un interminable pasillo que acababa en una puerta que tenia pintadas las letras de emergencia.

Apenas había cruzado la puerta cuando una súbita explosión en el recinto del laboratorio le hizo tambalearse y casi caer al suelo, aquellos malnacidos habían volado la puerta de la sala de cultivos, sus voces eran roncas y poderosas, eran de origen árabe, tendría que correr si no quería que le pillaran en aquel pasillo que cada vez se parecía mas a un paredón de fusilamiento.

-ALTO¡¡¡- una voz masculina con acento árabe pero en un alemán muy aceptable le llego desde la puerta de la sala de cultivos.

Adler no paró de correr, la puerta estaba a escasos dos metros cuando noto un fuerte golpe en el pecho, le dejo casi sin respiración pero logro llegar a la puerta y desaparecer tras ella.

Subió unas escaleras ajeno a todo, concentrado en le objetivo de alcanzar el nivel de las calles y buscar refugio en el cercano cuartel de infantería, aquella gesta le llevo tan solo 4 minutos. Salió a la calle y giro a su derecha, buscando la vía de servicio cercana que llevaba a las residencias de los militares, estas le proporcionarían seguridad ya que podría perderse en una de esas estrechas callejuelas y llegar tras atravesaras al cuartel donde estaría a salvo.

Miro atrás, nadie parecía seguirlo, relajo la marcha, apenas tenia ya aliento para continuar a ese ritmo, llego a las casas de los militares que un súbito dolor punzante le hizo bajar la vista hacia su pecho, el color rojo de la sangre empapaba todo su uniforme de trabajo, y la ridícula mascarilla de tela que ni siquiera se había dado cuenta de quitarse al iniciarse la marcha estaba ya manchada de la misma. Era su sangre.

Se puso nervioso, le flojearon las piernas y se apoyó en una pared de una elegante casa de la zona residencial de la base. El aire se escapaba de sus pulmones a través del orificio de salida del proyectil formando burbujas en el de un color escarlata oscuro, su vista se nublo, sabia que se estaba desangrando y a la vez empezaba a ahogarse poco a poco debido a que sus pulmones se encharcaban con sus propios fluidos.

-Señor se encuentra bien- Una voz de hombre joven, casi de niño, le llego desde su espalda. -esta usted herido, por favor déjeme ayudarle.- Unos brazos le agarraron con firmeza y le obligaron a tumbarse en el suelo. - Tiene vd. el pulmón perforado, ¿quien le ha disparado?¿qué está pasando en el hospital?-

Adler ya no podía hablar. Sabía que su vida dependía de que aquel soldado bisoño le llevara al hospital rápidamente. Trató de señalárselo agitando sus manos y mirándole de manera desesperada, pero sabia que aquel chico no se arriesgaría a ir a una zona que parecía verdaderamente peligrosa, probablemente se limitaría a llamar a una ambulancia y esperar a su lado a que otro se encargara de el, deseando por otra parte quitarse de encima tan molesta carga.

Una tremenda explosión sacudió todo el lugar, Adler giro su cabeza en dirección al hospital y tan solo pudo ver una terrible bola de fuego que ascendía a las nubes y se trasformaba en unas llamaradas que solo podían significar una cosa, jamas saldría con vida de esta. Su única salvación acababa de volar por los aires, aunque su improvisado acompañante se arrojo sobre el para protegerle de la honda expansiva y de los cristales que caían de las ventanas de las casas bajas que le rodeaban, jamas llegaría a tiempo de que le atendiera un medico de verdad, su vida desfiló ante sus ojos tal y como había visto en montones de películas y en testimonios de chiflados amantes del misterio de la muerte, se vio a si mismo llamando a las puertas del cielo y pasando al paraíso, viviendo para siempre en su sueño.

Su acompañante aun estaba sobre el, protegiéndole de la nube de polvo que se levanto debido a la explosión cuando tomo la peor de las decisiones en servicio a su país que podría haber tomado en su vida, en un ultimo movimiento veloz levanto su brazo e inoculó la muestra del cultivo de la mampara numero tres al pobre muchacho que le protegía, este apenas se quejo, posiblemente pensaría que algún cristal volante se le había clavado en el costado. Acto seguido dejó caer la pistola-jeringuilla a su lado y se dejó llevar.

Su nombre era Adler Eflenberg, y con su último acto de sacrificio abrió las puertas del infierno en la tierra y contribuyó de manera decisiva en la muerte del 98% de la población humana.

"El día Z" prólogo

Nadie tiene la culpa de las catástrofes.

Un volcán, una gran inundación, un incendio, terremotos. Todas estas cosas han segado la vida de millones de personas a lo largo de la historia.

El ultimo gran cataclismo que vivió la civilización apenas pudo ser documentado, poca gente sabe como comenzó pero acabo con la vida de mas del 40% de la población mundial solo en la primera semana.

Todo comenzó con un caso, un paciente cero, con el paso de los años se descubrió quien era, el pobre imbécil incubó el virus durante cuatro días sin saberlo, hasta que un tres de diciembre por la noche dejó de respirar y extendió este mal por el mundo

Mi historia comienza una tarde de noviembre de ese mismo año, muy lejos de todo, unos días antes de que todo se fuera a la mierda.

Me encontraba en casa pasando la tarde, una tarde mas entre libros, tele basura y ordenadores.

No me considero un chico especial, no soy especialmente deportista, de pequeño quizás tuviera mas movilidad pero desde que compre esta casa sufría de una escasez crónica de liquidez monetaria que me condenaba a permanecer esclavizado entre cuatro paredes sin mas comunicación fuera del trabajo que la que obtenía de mi constante navegación por la red.

Mentiría si dijera que me agobiaba esta situación, en realidad había conseguido lo que quería, cualquier persona que compra una casa desea pasar tiempo en ella, relajando y dedicado a aquellas cosas que mas le gustan, se podría decir que hacia en todo momento mi voluntad.

Tenia una novia en aquel tiempo, vivíamos en relativa armonía, en un equilibrio entre lo que debíamos hacer y lo que hacíamos. Ella vivía en la ciudad asique muchos días no dormíamos juntos, aquella noche no fue una de ellas. Estábamos cenando cuando escuchamos lo del accidente en las noticias.

Una explosión en un hospital alemán, se llevo la vida de mas de 500 personas, entre pacientes, familiares y personal sanitario.

Para entender lo que pasó hay que saber cuando comenzó todo, cuando en nuestro afán de conocimiento destruimos a nuestra propia especie. Que resortes se accionaron el Día Z para que abriéramos la Caja de Pandora.

Nadie tiene la culpa de las catástrofes.

Y una mierda...

Relato / Proyecto de novela.

Recientemente me he lanzado a la piscina de escribir mi propia novela que querría compartir con todos vosotros. la iré editando a medida que la escriba.

Espero que os guste.

lunes, 25 de julio de 2011

Tardes de fiesta

Parece mentira lo mucho que puede cambiar un jornada, a lo sumo rutinaria, cuando se encuentra algo interesante que hacer.

Lo mucho que puede dar de si jugar a "Atrapa un millón" online

Tiempo de volver a la dura realidad.

miércoles, 8 de junio de 2011

"V" de Vibrante.


Confieso que leí esta novela gráfica hace un par de años inspirado por la (a mis humildes ojos) increible película del 2006 protagonizada por Hugo Weaving y Natalie Portman. Sin embargo durante una limpieza rutinaria de mis estanterías rescate del sueño de los justos esta increíble historia que empezaron a publicar en 1982 Alan Moore y David LLoyd.

Los cambios con respecto a dicha novela que hizo la película son substanciales, de principio a fin, pero eso es algo a lo que debemos acostumbrarnos cuando queremos ver una de estas adaptaciones, ya que en el cine no se suele disponer de un cheque en blanco como se tiene en la imaginación de un autor con talento, por todo esto creo que hay que ver la película desde la tolerancia a las licencias cinematográficas que el guión de los hermanos Wachowsky se tomaron.

El protagonista, de nombre "V", que podemos ver en la novela es tremendamente inteligente e idealista, un hombre que harto de la sociedad racista y autoritaria que le ha tocado vivir (y sufrir en sus carnes) decide hacer lo imposible para mejorar las cosas.

La protagonista Evey Hamond es una joven muy joven que día a día ve como sus recursos merman y el hambre comienza a llamar a su puerta, lo cual hace que tome una decisión limite que desembocará en el primer encuentro con el misterioso enmascarado.

desde este punto poco puedo decir que no revele partes de la historia, tan solo diré que el peso de personajes secundarios, que incluso desaparecen del guión cinematográfico hace que se trate de dos historias parecidas, pero con amplias diferencias en el fondo.

Una gran novela que se pone a la altura de un gran libro cuando queremos aderezar la lectura con los impresionantes dibujos de David LLoyd.

martes, 17 de mayo de 2011

Futuros pasatiempos.

Hace tiempo ya que termine de leer Narreturm y el simple echo de que se acabara me dejo mal sabor de boca, sin embargo hoy ocurrió el maravilloso hecho de que entre toda la palabrería inútil que puedes compartir con una persona en un autobus logro salir una animada conversación sobre literatura fantástica.


Hay autores que no se pueden dejar de mencionar (Tolkien, Sapkowsky o George R.R. Martin) pero hay que reconocer los méritos de otros autores que tratan de introducirse en el género.


Precisamente en esta conversación mi interlocutor menciono a uno de estos autores, Patrick Rothfuss parece que elevado a genio tras el éxito de su primera novela "El nombre del Viento".


Este autor de look muy a lo fan de Star Trekk parece haber calado a mi amigo hasta tal punto de poner su copia al lado de "El señor de los Anillos" o "Juego de Tronos" y por lo que se no es fácilmente impresionable, quizas sea un reto para algunos leer este tomo de casi 900 páginas, pero si el libro es solo la mitad de bueno de lo que me lo pitan criticas y conocidos bien mereceran la pena los 23€ que piden por su edición en tapa dura.


Mas informacion sobre "El nombre del Viento" y sobre su autor Patrick Rothfuss http://es.wikipedia.org/wiki/El_nombre_del_viento


Jhon Irenicus.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Narrenturm

Demasiado tiempo tardaria en hacer está mención sí esperara a acabarme el libro, ya tuve ocasión de leer a Sapkowsky en la saga de Geralt de Rivia y Su narrativa me pareció increíble, por lo tanto me dolió algo menos los casi 24 euros que me pidieron por su nueva novela, una vez más no me equivoqué con el.

Fiel a su estilo el autor nos transporta a un mundo medieval muy similar al que debieron vivir las gentes de su tiempo , pero sazonado con algo de magia y algún que otro personaje sobrenatural.

Poco puedo revelar de la historia en sí, pero he podido comprobar que el detalle con el que se describe a los protagonistas es máximo, y parte también disfrutan los secundarios.

Sapkowsky es un ídolo en su país de forma merecida. Ya es hora de que se le conozca fuera de el también.

Jhon irenicus.

domingo, 6 de febrero de 2011

Primer año de "Escrito en tiza"

En la madrugada de hoy hace un año que empecé a publicar mi blog, no se cuantos de vosotros estáis ahí, pero mil gracias a todos los navegantes que dedicais vuestro tiempo a leer mis opiniones.

Sería genial que alguno de vosotros dejara un mensaje.

Jhon Irenicus.

El valor de lo antiguo.


No soy especialmente viejo ni mucho menos, los recuerdos en mi mente aún no son sombras de un pasado remoto en el que predomina el blanco y negro, aún así mientras volvía a entrar una vez más a los multicines 2 de mayo de Móstoles mi mente evocó tiempos mejores, exento de toda obligacion o penuria.

La película con la que iva a estrenar tan insignes salas no podía ser otra que la última creación del maestro Eastwood "Más allá de la vida" película que recomiendo para ver con calma, disfrutando de cada fotograma.

No espereis ver grandes explosiones o increíbles persecuciones por la ciudad. La película traza la vida de 3 personas diferentes separadas por miles de kilómetros las cuales tan solo estan unidas por un nexo común, la Muerte.

Mención especial merece un Matt Damon superlativo que demuestra una vez más que no sólo sabe dar vida al agente Bourne.

En cuánto al lugar en sí se observan pocos cambios, las salas 2 de mayo sin duda dan un soplo de aire fresco al maltrecho ocio mostoleño, encasilllado en los absurdos locales como scarlet, pk2 beach y área, discotecas más o menos de éxito como Avalon y restaurantes, de los cuales casi ninguno se salva de la categoría del fast food.

Toda una necesidad satisfecha que espero nos acompañe muchos muchos años.

martes, 1 de febrero de 2011

Largo tiempo


Mucho a pasado desde que escribí mi ultima entrada en este Blog, y a pesar de que tengo la sensación de que estoy sólo aquí no me canso de el.

Hace tiempo mi compañía de móvil me dio la oportunidad de tener un smartphone con Internet relativamente barato y decidí aprovecharla. Cual no fue mi sorpresa cuando descubrí que en Android también tenemos la posibilidad de engordar la lista de entradas de nuestro blog.

Asique de eso precisamente quiero escribir hoy, hace algunos meses me lance en solitario a la conquista del mundo desempeñando el empleo al que quiero dedicarme, el diseño gráfico, ni que decir tiene que para trabajar en este mundo debes estar casi completamente conectado, sólo de está manera puedes estar en contacto con clientes y socios por igual, hasta el momento las cosas no me han ido todo Lo bien que me gustaría pero no me quejare aquí. como decía estar permanentemente conectado es un requisito fundamental. Y todo lo que pueda necesitar para mi trabajo está contenido en mi Android, junto con iPhone quizás los mejores teléfonos para conectarse a Internet en cualquier parte.

No hay mucho más que decir, salvo que ahora en los ratos muertos podré ir dedicando algo más de tiempo a mi querido blog.

Jhon Irénicus.